El maní garapiñado está en la lista de las golosinas tradicionales de Costa Rica, también conocido como garapiña o maní confitado en otros países.
Elaborado con maní tostado cubierto con una capa dulce elaborada con un denso almíbar aromatizado con esencia de vainilla y teñido de un rojo intenso, esta golosina goza de gran aceptación en los espacios festivos populares, como los turnos y ferias.
Maní garapiñado. Fotografía publicada por https://farmbox.cl/new/tienda/mani-confitado-rojo-a-granel/
Antiguamente, era una de las golosinas de elaboración artesanal que tenía alta venta en lugares de gran afluencia, como podía ser la entrada al Parque Zoológico Simón Bolívar en San José, el Parque Metropolitano La Sabana, el Parque Central de San José y en los turnos parroquiales.
Actualmente, es uno de los productos dulces presente en las fiestas populares, aunque su empaque ha cambiado, dado que antiguamente se empacaba en pequeños conos de papel, también conocidos como “cucuruchos”, y en la actualidad es usual las bolsas de papel o plástico.
El “garapiñado” consiste en cubrir las semillas y nueces con azúcar o miel, lográndose una capa ligera que otorga una textura crujiente y un intenso sabor dulce. Se trata de un proceso artesanal que data desde la antigüedad, de herencia árabe, y que fue traído a nuestras tierras por los españoles, posiblemente durante la época colonial.
Tradicionalmente, el término “garapiñada” se refería a la práctica culinaria de cubrir con un almíbar denso las almendras y otras semillas, dejando que se secara, con lo cual se forma una costra o capa que protegía el grano. La palabra garapiñada viene del vasco garai-ipiñia, que significa: puesto encima.
Productos tales como maní, almendras, nueces, sésamo, pistachos, macadamia y otras semillas pueden garapiñarse, lográndose diferentes texturas y sabores, según la esencia utilizada para aromatizar el almíbar.
La tradición árabe refiere al uso de utensilios de cobre para la preparación del almíbar, y una proporción igual de semillas y azúcar. Una vez pasado el proceso de cocción, las semillas se colocaban en mesas de mármol para evitar quemaduras ni derrames de la miel.
Las semillas garapiñadas forman parte de los dulces tradicionales de la región mesoamericana, siendo México uno de los exponentes con mayor variedad de dulces, y una muestra de creatividad e innovación en la cocina.
Su alta popularidad en la Costa Rica de antaño obedecía a la oferta de este producto como golosina en lugares públicos; además, era de bajo costo, accesible para las personas de bajos recursos.
El maní garapiñado se conservaba en buen estado por largo tiempo; aunque, el producto recién elaborado tiene la particularidad de que conserva una textura crujiente, agradable al paladar.
Un producto similar es el denominado “Confitillo” o “Confites de fiesta”, que sobresalen por su empaque colorido: cinco semillas de maní cubiertas una fina capa de azúcar pulverizado con agua que forma una capa blanquecina. Los confitillos se envuelven en papel celofán, de forma cilíndrica, y forman parte de las golosinas tradicionales en Costa Rica. El garapiñado de los confitillos también puede ser a base de azúcar en polvo y clara de huevo, razón por la cual la cobertura de la semilla adquiere un sólido color blanco, y curiosamente adquieren una forma redonda, por lo que algunos acostumbran llamarlos como “coquitos”.