Cuando hablamos de alimentos domesticados por el ser humano, pensamos probablemente en cereales, y en nuestro caso, en el maíz. De hecho, entre otras cosas, sabemos que es domesticado porque no se reproduce por sí mismo: necesita la mano humana para salir de la mazorca y reproducirse. Pero ¿qué tal si les decimos que hay un árbol cuyas hojas son comestibles y que también fue domesticado? Sí, vamos a hablar del chicasquil.
Su nombre científico es Cnidosculus acunitifolius, y en Costa Rica se le conoce como chicasquil o chaya (aunque la chaya es otro producto con nombre científico Cnidosculus. chayamansa, que forma parte de la misma familia). En el área de Guanacaste, al chicasquil se le conoce como «quelite». Puede crecer hasta los tres metros de altura o más si no se poda, porque como lo que se come son las hojas que hay que recolectar a mano, el arbolito se mantiene de manera que no crezca tanto.
¿Cómo se sabe que el chicasquil fue domesticado? ¿Por qué fue domesticado? ¿Qué propiedades nutricionales tiene?
Empecemos por la última pregunta. Como se dijo, del chicasquil se comen las hojas, que son muy ricas en calcio, hierro, vitamina A y fibra. Si lo comparamos con una hoja “patrón”, como podría ser la espinaca, tiene dos veces más calcio, tres veces más hierro, dos veces más de vitamina A y dos veces más de fibra que la espinaca. Solo eso nos da una pista de por qué los antiguos mayas seleccionaron esta planta para ser domesticada, es decir, para tenerla cerca y no en la montaña.
Pero eso no es todo. Seguramente la selección se hizo tomando otro criterio: las proteínas. Cien gramos de hojas de chicasquil tienen 6,2 gramos de proteína. Esto es el doble de lo que tiene la espinaca, solo semejante a ciertas hierbas comestibles silvestres de las que hablaremos en otro momento.
Este arbolito era aprovechado como alimento en su estado silvestre, los antiguos mayas, hará unos 500 años, habían identificado por la práctica, sus bondades e iniciaron un proceso de domesticación que redujo el tamaño de los peciolos y su toxicidad y, de paso, perdió su capacidad de reproducirse por semillas. Así, necesita la mano humana para reproducirse: se hace por estaca.
A Costa Rica llega como parte que fuimos (que somos) de la cultura mesoamericana y por eso es común en la región de Guanacaste y hasta el Valle Central. Si Usted ve un arbolito de chicasquil en el sur de Costa Rica, o en el Caribe, con seguridad alguna persona del Valle Central que lo llevó ahí.
Las hojas de chicasquil se cortan con la uña para que la savia no entre en contacto con la piel, pues hay algunas personas a las que les irrita. Se hierven por unos 15 a 20 minutos para que suavicen, pero también para que pierdan su toxicidad (de hecho es lo mismo que con muchos alimentos). Luego se pica y se puede añadir a un picadillo de papa, sopas, tamales, o al ajiaco (una comida tradicional guanacasteca).
Lastimosamente sigue desapareciendo como árbol de nuestros patios, de las cercas, de los jardines (alguna gente lo tiene como ornamental) por lo que su disponibilidad es baja. Lo hemos visto a la venta en la Feria del Agricultor de San Rafael de Heredia.
Referencias:
Kuti, J. y Kuti, H. (2009). Proximate composition and mineral content of two edible species of Cnidoscolus (tree spinach). Plant Food for Human Nutrition. 53:275-283.
U.S. Department of Agriculture. (2020). FoodData Central.
*Nota elaborada por Romano González Arce y Milena Cerdas Núñez, octubre 2020. Docentes de la Escuela de Nutrición UCR.
Yo tengo sembrados algunos árboles de chicasquil.
Acá en Atenas los usamos para alimento es deliciosa la hoja ya cocinada.
Unos amigos tienen platacion el la ruta entre san Ramón y fortuna están exportando las hojas una compañía en estados unidos las compra.
Muy interesante su aporte, y qué bien que existan iniciativas para exportar chicasquil hacia Estados Unidos.
Hola, espero que se encuentre bien. Yo ando en busca de chiscasquil de manera urgente. Podria contactarme a este numero 84696160