La tertulia en la pulpería de barrio

Sin lugar a dudas, la pulpería tradicional en Costa Rica ocupa un lugar especial como espacio de encuentro y referencia en la comunidad. Todavía en muchos pueblos se conserva la práctica de reunirse en la pulpería, siendo este pequeño negocio, el lugar donde no sólo se adquieren los productos básicos, sino también donde las familias que no siempre disponen de dinero, tienen la opción de pedir crédito.

La afectación socioeconómica por la pandemia ha provocado que en ciertas barriadas populosas y en lugares rurales, las pulperías o mini supermercados sean esos espacios accesibles para poder comprar los alimentos que se consumen diariamente en pequeñas cantidades, y en donde la cancelación de la deuda se posponga por una quincena, mientras la familia reúne los fondos, a razón de que existe un vínculo de confianza entre el pulpero y el consumidor.

Llegar y comprar únicamente se torna impensable para muchos, puesto que acostumbran ir al negocio y quedarse a conversar con el pulpero o encargado del negocio, así como con las personas que llegan a comprar.

De acuerdo con Barzuna (2009, p. 20), alrededor de la pulpería ocurren numerosas actividades que son posibles debido al ambiente dinámico, la respuesta al medio social y la simbolización cultural que engloba la pulpería o comercio local como espacio comunal.

En lo que respecta a la pulpería como lugar de encuentro y tertulia, es importante señalar esta función tan importante todavía vigente en el entorno rural y semi urbano, donde las personas han convertido estos negocios en un punto de referencia para interactuar, comunicar eventos del poblado o barriada, y reunirse.

En pizarras o paredes del establecimiento, es común la colocación de información de interés para los lugareños, entre ellos eventos deportivos, religiosos o aquellos organizados por el centro salud. Es también un lugar donde se colocan anuncios convocando a reuniones que, en el contexto actual, son complementarios a otros medios de convocatoria o información, como podrían ser las redes sociales.

De igual forma, todavía es común observar pequeños grupos reunidos fuera de la pulpería o en las bancas del negocio, y varían según la hora y las dinámicas comunitarias. Así pueden congregarse niños y niñas que salen de la escuela, jóvenes que van de paso al colegio o personas adultas mayores que llegan a la pulpería esperando encontrar a alguien con quien charlar e informarse sobre frescas noticias del barrio.

Con la inseguridad ciudadana que se vive en la actualidad, la pulpería como espacio de encuentro comunitario se ha perdido, puesto que tanto las personas encargadas del negocio, como quienes llegan a comprar, requieren mayor protección. Dado lo anterior, es común que en los negocios no se estimule a las personas a quedarse, como en antaño, cuando en las bancas o sacos permanecían largas horas en la pulpería. Esto es reflejo de un estilo de vida apresurado, que tampoco brinda espacio para que las personas se sitúen en un lugar, como una pulpería, para conversar durante largas horas.

Además, con el afán de reducir el riesgo de un asalto, los negocios han optado por enrejarse y atender a sus clientes desde una ventana, sin opción de ingresar al espacio, lo cual limita la interacción.

Pulpería Israel, Barrio Fátima de Cartago. Fotografía de Keyna Calderón, Periódico La Nación, 12 de mayo de 2019.

Referencias:

Barzuna G. (2009). La pulpería Costarricense. Rev. Herencia, 22(2).

Claves del éxito para una pulpería de Cartago: buen trato, surtido, crédito y atraer a nuevas generaciones. Periódico La Nación, 12 de mayo 2019.

Compartir en redes sociales:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *