El primer oratorio en el poblado de Escazú fue erigido en 1711; luego la parroquia, dedicada a San Miguel Arcángel, se funda en 1799, y le correspondió al Pbro. Félix Velarde Umaña ser el primer párroco y celebrar la primer eucaristía. Este cargo lo ocupó hasta 1808.
De acuerdo con registros nacionales, a este presbítero se le atribuye la siembra del primer cafetal en San José.
Fue hasta 1824, bajo la administración de Juan Mora Fernández, que se le otorgó el nombre de villa al poblado de San Miguel de Escazú. La villa se convirtió en cantón en 1848, agrupando en ese entonces los poblados de Santa Ana, Mora y Puriscal, los que luego se separaron para convertirse en cantones, siempre pertenecientes a la provincia de San José.
Cúpula de la Parroquia de Escazú. Fotografía de Rodrigo Morales, 2011. Disponible en: https://www.flickr.com/photos/44979762@N03/6186799634/
El desarrollo del pueblo fue próspero, y aún conserva la esencia de pueblo, con gran esfuerzo por conservar algunas casonas de barro y bahareque, la tradición boyera, las mascaradas y trapiches artesanales; también sus habitantes se esfuerzan por conservar los cerros como patrimonio natural, ante la gran amenaza de expansión urbanística y riesgo de pérdida de bosques y fuentes de agua.
Dado el deterioro del templo, en 1838 tuvo que demolerse y, en 1840, se inauguró el nuevo templo al cual, posteriormente, se le fueron haciendo mejoras y ampliaciones con el liderazgo de varios sacerdotes y el apoyo de los feligreses que donaban dinero y trabajo para lograrlo.
Las fiestas patronales se celebran el 29 de setiembre, momento en que el pueblo feligrés se congrega para celebrar actividades religiosas y disfrutar de un turno. La bella ornamentación del templo exalta la antigua imagen del Arcángel San Miguel, de herencia de la imaginería guatemalteca, traída posiblemente antes de 1860.
Al finalizar el mes de setiembre, es común el desarrollo de un desfile de boyeros, así como la preparación de comidas tradicionales, entre ellas lomo relleno, sopa de mondongo y el infaltable picadillo de chicasquil, actividades que se mantienen hasta la fecha.
Sobre este picadillo, es importante indicar que desde el 2014 es costumbre para el pueblo escazuceño preparar, el último domingo del mes de setiembre, un picadillo de chicasquil en grandes cantidades para compartir con la comunidad, lo cual muestra la tradición en la elaboración de picadillos a base de hojas, y la importancia de la comensalidad y las manifestaciones culturales.
Para su elaboración se requiere una gran cantidad de hojas de chicasquil, mismas que son donadas por vecinos de San Antonio, San Rafael y Escazú centro. La cooperación vecinal resulta fundamental para lograr la meta de elaborar la gran cantidad de picadillo, y favorecer a cientos de personas que se acercan al centro del pueblo para celebrar las fiestas patronales.
Picadillo de chicasquil en Escazú. Fotografía publicada por Municipalidad de Escazú, 30 de setiembre del 2018.
Fuentes Consultadas:
Rodríguez P. (2018). Historia del cantón de Escazú. San José: Editorial Izcandé. Municipalidad de Escazú. Recuperado de: https://www.escazu.go.cr/sites/default/files/Documentos/cap_iv_historia_de_escazu.pdf
Roldán, M. (1999). Dos siglos de vida parroquial. El Informador de Escazú. Edición Nº 204 – Abril de 1999. Recuperado de: http://historiadeescazu.blogspot.com/1999/04/dos-siglos-de-vida-parroquial.html